Si yo fuera algún día el alcalde
Si yo fuera algún día el alcalde,
el alcalde de Cádiz,
el que Cádiz requiere
si yo fuera algún día ese alcalde,
el que hace cien años que Cádiz no tiene.
Así terminaba el popurrí de la comparsa gaditana “Los Mendas Lerendas” allá por el año 2008 y de la que formaba parte na más y na menos que José María González “Kichi”, hoy Alcalde de Cádiz.
¿Quién no ha pensado alguna vez “si yo fuera alcalde…”? O aquellos más ambiciosos: “si yo fuera presidente/a del gobierno…” Y ya que cada cual rellene el final de la frase. En concreto, en la comparsa gaditana hacía referencia a los grandes deseos de la humanidad: pan, trabajo y arraigo.
Hace 5 años surgió el movimiento municipalista para decir que desde la institución más cercana a la ciudadanía se podían hacer muchas cosas, hasta se puede soñar con “cambiar la vida de la gente”. A este movimiento que pretendía asaltar los cielos con los ayuntamientos como trampolín, pertenecían conocidos activistas locales como el Kichi o la Colau. Y otra mucha gente anónima, que pertenecían a las llamadas candidaturas ciudadanas, compuestas por personas que habían llegado a la política desde la puerta giratoria de los movimientos sociales, tratando de impulsar una verdadera revolución como las de antes, desde abajo y desde la izquierda.
Varios años después parece que, salvo Kichi en Cádiz, este movimiento que irrumpió con tanta fuerza en nuestros municipios ha perdido la fuerza de las urnas. ¿Será porque los ayuntamientos están atados de pies y manos por la famosa “Ley Montoro”? ¿Será porque la nueva política no ha sabido hallarse y moverse en campo ajeno? ¿Será porque los tiempos de los cambios verdaderos no encajan en la pervertida lógica de los plazos electorales?
Sea como fuere, como soñar es gratis, os propongo hoy SOÑAR con esas cositas (o cosotas) que un ayuntamiento corriente y moliente puede hacer en materia de educación:
- Para empezar, abrir los colegios en horas no lectivas. ¡casi ná! ¿te imaginas que, al menos, uno de los coles de tu barrio abriera por las tardes para realizar actividades para gente de todas las edades, o para que la chavalería pueda practicar deporte en sus canchas (libre y gratuito) o habilitar algunas de sus aulas para estudiar y combatir de esta manera la falta de bibliotecas para el estudio?
- Fomentar la dopoescuela de Barbiana, que vaya más allá de las típicas clases de refuerzo, como antídoto ante el fracaso escolar y como fórmula para luchar contra ese clasismo que en vez de combatir de frente, acentúa nuestra escuela clásica.
- ¿Y por las noches? Actividades de ocio nocturno para adolescentes y jóvenes, aprovechando las mismas instalaciones municipales: colegios, polideportivos, centros cívicos, piscinas…
- Combatir la expulsión tan frecuente en adolescentes de las aulas de los barrios obreros, mediante proyectos educativos de reinserción al sistema educativo de la mano de colectivos y asociaciones de su contexto más cercano, su barrio.
- Proyectos de participación infantil, en los que la actividad no se reduzca a visitar un tedioso pleno de tu ayuntamiento, para ver a “los mayores” pelearse, sino en el que el niño y la niña puedan opinar, debatir y decidir sobre la seguridad de su camino diario al cole, la calidad de la atención de su pediatra, la distribución urbanística del lugar de encuentro infantil (plazas y parques), para crecer de esta manera con el virus inoculado de la preocupación por lo público y, por ende, la tan necesaria participación ciudadana.
- Recuperar la famosa Ciudad de los niños y las niñas, de Tonucci, con ese concepto del espacio público pensado para que la gente chica pueda ocupar los espacios libremente dándoles el sentido que quieran, huyendo de los “parques corralitos” que actualmente acampan a sus anchas en nuestros pueblos y ciudades.
- Y hablando de espacios públicos, habilitar espacios de nuestros CEIP o ceder un suelo municipal cercano al cole para llevar a cabo Huertos Escolares, con la amplia gama de proyectos secundarios que trae consigo contar con un espacio así.
- Creación de escuelas de mpadres municipales, que atienda necesidades reales, como la crianza con apego para mpadres de niños/as de 0 a 6 años, o el afrontamiento de la tan temida adolescencia, con la idea de tener profesionales especialistas en estos temas a tu alcance, como recurso humano al que acudir en caso de necesidad.
Pues para todo esto no hace falta soñar, ya que son ejemplos tomados de la realidad, de experiencias que en alguna ocasión y de mejor o peor manera, se han llevado a cabo en diferentes municipios del estado español.
Así que, ya sabes, dile a tu alcalde/sa que si quiere, claro que puede.
Javi Pérez
Educador y soñador incansable
PD: mientras soñamos con todas estas posibilidades no podemos evitar acordarnos del paso de nuestro querido Paulo Freire por la Concejalía de Educación del municipio de Sao Paulo y cuyas vicisitudes tan maravillosamente recoge Carlos Alberto Torres en su libro Educación y Democracia (IPF, 2007).