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Educación popular

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Por las sendas de Freire

Los educadores/as de La Espiral Educativa miramos a la Educación Popular y vemos una fuente inagotable de la que beber, y en Paulo Freire un verdadero faro de la pedagogía del siglo XX. Por esta razón, queremos dedicar este apartado a la figura de este educador lationamericano. Para ello expondremos unos extractos de un cuadernillo de elaboración propia titulado “Por las sendas de Freire”.

En él tratamos de recorrer cinco caminos que nos llevan a Freire: 1) el ser humano, 2) la opresión, 3) la palabra, 4) la educación y 5) la teología de la liberación.

 

Este cuadernillo nació con la humilde intención de provocar la reflexión y sugerir, interrogar y cuestionar al lector/a, desafiar su práctica educativa, a fin de conseguir un diálogo crítico entre ambos/as. Se trata de repasar algunos puntos importantes de la aportación de Paulo Freire a la pedagogía, pues si queremos construir una educación realmente emancipadora para cambiar el presente y ser constructores/as de futuros mejores, es necesario hacerlo desde nuestras raíces, las raíces de la educación transformadora.

 

Paolo Freire (1921 – 1997)

Paolo Freire nació en Recife (Brasil) en 1921 y murió el 2 de mayo de 1997. Aunque criado en una familia de clase media, se interesó muy pronto por la educación de los campesinos y campesinas pobres de su país. Obtuvo la licenciatura en Derecho, pero nunca ejerció como abogado.

Freire no deambula por los caminos de la pedagogía como el viejo cuidador de monumentos sino como el poeta que ve lo inefable.

 

1) El ser humano según Freire

Detrás de cada práctica educativa hay una percepción del ser humano.

«Para Marx el ser humano se define por su relación con la naturaleza mediante el trabajo. Su esencia es ser “fuerza de trabajo».

En cambio Freire introduce consecuente con la línea personalista, dos elementos más que junto con la mediación del trabajo, constituyen los aspectos esenciales del ser humano, éstos son: 1) la relación interpersonal (la alteridad) que facilita el reconocimiento del ser, y 2) la “conciencia de sí” dentro de la sociedad por parte del hombre. Trabajo, alteridad y conciencia de sí junto con la dimensión trascendente del obrar humano, identifican al hombre según Freire.”

Lectura crítica de Paulo Freire. Compilador: Carlos Alberto Torres (IPF-CREC)

Viajar a tí mismo/a para desentrañar tus capacidades, descubrir todas las posibilidades que te ofrece la vida y decidir tu propia suerte.

2) Opresores y oprimidos

La reproducción cultural de la dominación

“Es la dualidad existencial de los oprimidos que, alojando al opresor cuya sombra introyectan, son ellos y al mismo tiempo son el otro”[1]

“Son raros los casos de campesinos que al ser “promovidos” a capataces, no se transformen en opresores, más rudos con sus antiguos compañeros que el mismo patrón.”[2]

La violencia

“Toda relación de dominación, de explotación, de opresión, es en sí ya violenta. Cuando el oprimido legítimamente se levanta contra el opresor en quien identifica la opresión, es a él a quien se llama “violento”, “bárbaro”, “frío”. Es que entre los incontables derechos que se arroga la conciencia dominadora incluye también éstos: el definir la violencia, el caracterizarla, el ubicarla. En verdad la violencia del oprimido, además de ser mera respuesta, en que revela un intento de recuperar su humanidad, es en el fondo, todavía, la lección que recibió del opresor. El oprimido aprende a torturar. Con una sutil diferencia en este aprendizaje. El opresor aprende a torturar, torturando al oprimido. El oprimido siendo torturado por el opresor.”[3]

Sobre el proceso de liberación

“Es que para ellos, formados en la experiencia de los opresores, todo lo que no sea su derecho antiguo de oprimir, significa la opresión.” Si se produce un cambio que supere la situación de opresión, los antiguos opresores “se sentirán en la nueva situación como oprimidos, ya que si antes podían comer, vestirse, calzarse, educarse, pasear, escuchar a Beethoven, mientras millones no comían, no se calzaban, no se vestían, no estudiaban ni tampoco paseaban, ni mucho menos podían escuchar a Beethoven, cualquier restricción a todo esto, en nombre del derecho de todos, les parece una profunda violencia a su derecho de vivir”[4]

“Sólo el poder que renace de la de la debilidad de los oprimidos será lo suficientemente fuerte para liberar a ambos. Es por esto que el poder de los opresores, cuando pretende suavizarse ante la debilidad de los oprimidos, no solo se expresa, casi siempre, en una falsa generosidad, como jamás la ultrapasa. Los opresores, falsamente generosos, tienen necesidad de que la situación de injusticia permanezca a fin de que su “generosidad” continúe teniendo la posibilidad de realizarse.”[5]

Educación como práctica de la Libertad

Hemos de recorrer un camino, una transición:

  •  Comprensión mágica: captación de una problemática con poca aprehensión de su causalidad. Además, la conciencia ingenua le da un carácter estático a esta problemática y a sus causas, es decir, que lo que le parece causa auténtica en verdad no lo es puesto que le está dando un carácter estático, de algo ya hecho y establecido.
  •  Comprensión crítica: captación de una problemática aprehendiendo su causalidad. La conciencia crítica somete esta causalidad auténtica a constante análisis, ya que lo que hoy es auténtico puede no serlo mañana.[6]

Círculos de Cultura: "en aislamiento la conciencia de nadifica"

Círculos de Cultura: “en aislamiento la conciencia de nadifica”

Me gusta discutir sobre esto porque vivo así. Mientras vivo no veo. Ahora sí, observo cómo vivo”[7]

Testimonio de una mujer que participaba en un Círculo de Cultura en Brasil

3) Aprender a decir su palabra

La palabra

En un régimen de dominación de conciencias, en el que los que más trabajan menos pueden decir su palabra, y en que inmensas multitudes ni siquiera tienen condiciones para trabajar, los dominadores tienen el monopolio de la palabra, con que mistifican, masifican y dominan. En esa situación, los dominados, para decir su palabra, tienen que luchar para tomarla. Aprender a tomarla de los que la retienen y niegan a los demás, es un difícil, pero imprescindible aprendizaje: es la pedagogía del oprimido.[8]

 

 

El método

El programa se hace con y no para el pueblo. Las palabras que sirven de base en el proceso de alfabetización no se han escogido en forma abstracta. Se desprenden de dos criterios: su grado de implicación en la vida del analfabeto y la complejidad fonética que contiene. Estas palabras-claves, identificadas después de una búsqueda en el universo temático del grupo social que es alfabetizado, son siempre de uso común en la vida del pueblo y contienen una experiencia vivida… las palabras no se consideran como dadas, sino esencialmente como tema de discusión. Alfabetización y concientización: aprendizaje del código lingüístico y desciframiento de la realidad vivida.[9]

“Me sentí feliz porque descubrí que podía hacer hablar a las palabras”
Miembro de un grupo de “Sembradores de Palabras”

4) La educación

¿Educación bancaria o problematizadora? ¿Educadores/as progresistas o conservadores/as?

“La educación bancaria dicta ideas, no hay intercambio de ideas. No debate o discute temas. Trabaja sobre el educando. Le impone una orden que él no comparte, a la cual sólo se acomoda. No le ofrece medios para pensar auténticamente, porque al recibir las fórmulas dadas, simplemente las guarda. No las incorpora, porque la incorporación es el resultado de la búsqueda, de algo que exige de parte de quien lo intenta, un esfuerzo de re-creación, de invención.”[10]

“En la relación entre el educador y los educandos, mediatizados por el objeto que ha de descubrirse, lo importante es el ejercicio de la actitud crítica frente al objeto y no al discurso del educador en torno al objeto. Aún cuando los educandos necesiten alguna información indispensable para la prosecución del análisis (puesto que conocer no es adivinar) nunca hay que olvidar que toda información debe ir precedida de cierta problematización. Sin ésta, la información deja de ser un momento fundamental del acto del conocimiento y se convierte en la simple transferencia que de ella hace el educador a los educandos.”[11]

Por una pedagogía de la pregunta

“Saber preguntarse, saber cuáles son las preguntas que nos estimulan y estimulan a la sociedad. Preguntas esenciales que parten de la cotidianidad, ya que en ella se encuentran las preguntas”[12]

El educador autoritario hace preguntas que no son ni preguntas, son antes respuestas que preguntas. “El estudiante debe saber de antemano la respuesta a la pregunta que se le hará. Mientras tanto, si le enseñásemos a preguntar, tendría la necesidad de preguntarse a sí mismo y de encontrar él mismo respuestas creativamente”[13]

“La curiosidad del estudiante a veces puede sacudir la seguridad del profesor. Es por eso que, al limitar la curiosidad del alumno, su expresividad, el profesor autoritario limita también la suya. Muchas veces, por otro lado, la pregunta que el alumno, libre para hacerla, hace sobre el tema, puede situar al profesor en un ángulo diferente, del que le será posible profundizar más tarde en una reflexión más crítica. Es lo que vengo intentando hacer a lo largo de mi vida de profesor. No diría que la forma como trabajo sea la única o la mejor. Es la forma que me gusta. Más que gustarme, sencillamente, en ella o mediante ella me siento en coherencia con mi opción política”[14]

Educación Manipuladora3

5) Teología de la Liberación

Cuando los pobres rezan…

Según Franz Hinkelammert[15] la Teología de la Liberación realiza continuos análisis de la realidad, por lo que sus posiciones teológicas no pueden ser independientes del resultado de sus análisis concretos. En estos análisis usará algo tan humano como son las ciencias sociales y la pregunta clave de la TL no es “¿existe Dios?”, sino “¿dónde está presente?” y “¿cómo actúa?”. Lo importante es la pregunta por el lugar concreto e histórico en el cual Dios se revela. La respuesta a esta pregunta es lo que llaman los teólogos de la liberación la “opción por el pobre”. Esta es opción de Dios, pero también “opción de los hombres que se quieran liberar”, por lo tanto la liberación es liberación del pobre. No se trata de liberar al pobre, siendo este un objeto de liberación por otra persona, sino de un reconocimiento mutuo entre sujetos, reconociéndose ambos como seres corporales. La pobreza es una negación de este reconocimiento. Por todo esto, la presencia de Dios no está en ningún ser, sino en una relación social entre seres humanos, al ser reconocimiento mutuo entre sujetos que no excluyen a nadie. Dios está presente y su ausencia se supera, pero su ausencia retorna, en cuanto este reconocimiento se pierde.

La existencia del pobre atestigua la existencia de una sociedad sin Dios. La ausencia de Dios está presente en el pobre. El pobre es presencia del Dios ausente, es la expresión de la falta de Dios, de la ausencia de Dios. La presencia de Dios estriba en que no haya pobres. Lo contrario de la pobreza no es la abundancia de cosas, sino la plenitud de la vida que se constituye a partir del reconocimiento mutuo entre sujetos corporales y necesitados.

La educación según Monseñor Romero (Teólogo de la Liberación):

“Porque si una reforma educativa solamente es el solemne aparato para seguir en la escuela, en el colegio, en la juventud, en los maestros, creando un instrumento de dominación, de alienación y no un proceso educativo en que se forman artífices de la historia de la patria ¡sería una de las frustraciones más espantosas que en educación tanto hemos lamentado…” Y en esa misma homilía Romero pide: “Que se capacite a los niños y a los jóvenes a analizar la realidad de su país. Que los prepare para ser agentes de transformaciones, en vez de alienarlos con un amontonamiento de textos y de técnicas que los hacen desconocer la realidad. Así hay muchos técnicos, muchos sabios, muchos profesionales que saben su ciencia, su profesión, pero que son como ángeles, desencarnados de la realidad en que actúan su profesión. Lo primero que debe buscar una educación es encarnar al hombre en la realidad, saberla analizar, ser críticos de su realidad. Una educación que sea educación para una participación pública, democrática, consciente. Esto ¡cuánto bien haría!”[16]

Las dos iglesias

catolicismo852El enfrentamiento entre las “dos iglesias” era patente. Manuel Pérez Martínez, el “Cura Pérez”, nos cuenta en sus memorias un pasaje bien explícito: “El obispo vino a visitarnos. Nunca había llegado a nuestra casa. Le tocó pasar por el barrio con toda su sotana y él haciéndole bendiciones a la gente… Pero la gente ni lo conocía y ni paró bolas, como lo vio tan raro. Eso a él le dio muy duro y cuando llegó a nuestra casita ya venía enfurecido. Y más bravo cuando vio cómo era de pobre la casita. Ni se quiso sentar.

  • ¡Eso lo hacen ustedes para acusarme! ¡Para decir que hay dos Iglesias: la de ustedes y la de Monseñor, que vive en un palacio!
  • No, Monseñor, lo que tenemos que hacer es interrogarnos todos por qué la gente puede pensar eso que usted mismo está diciendo…”[17]

“La Iglesia subscribe la defensa de la fe cuando lo que defiende son sus intereses de clase, a los que subordina dicha fe (…) La Iglesia está muriendo de frío en el cálido regazo de la burguesía. No están comprometidos con los oprimidos, sino con las élites del poder.”[18]

225870_460521107322086_373896819_nFreire entiende que Dios no ha muerto, sino que los cristianos están matando su manifestación en el rostro del pobre al no colaborar con su liberación[19]

 

La Educación Popular Hoy

“Para aquell@s que consideran que hoy hemos superado ciertas situaciones históricas, y que nos encontramos en los albores (cuando no en pleno disfrute) de una etapa de bienestar y desarrollo, la Educación Popular y su propuesta resulta anacronismo, válido para el Tercer Mundo pero absolutamente inadecuado para las “sociedades modernas” como la nuestra (…) para quienes consideramos que este bienestar y desarrollo está construido sobre la exclusión de la mayor parte de la humanidad y sobre el deterioro sistemático de la naturaleza, y que consecuentemente este “modelo de sociedad”, este “nuevo orden” es radicalmente injusto y desigual… para quienes desde una perspectiva más doméstica, consideramos que “sociedades industriales avanzadas” responden a valores y prácticas sociales de competitividad e individualismo, derroches y consumo, etc., que marginan a muchos… y pensamos que funcionan de acuerdo a formas de acumulación y concentración del poder político, económico y cultural en manos de unos pocos, que convierten la democracia en un discurso retórico… para éstos es evidente la necesidad y urgencia de transformaciones profundas (…).

Para quienes así pensamos, la Educación Popular constituye una referencia importantísima en la búsqueda colectiva de esas nuevas y necesarias herramientas para la transformación social de nuestro “Primer Mundo” y del mundo en general”

Fernando de la Riva

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[1]  Pedagogía del Oprimido (pág. 62)

[2]  Idem

[3]  Educación como práctica de la libertad

[4]  Pedagogía del Oprimido (pág 57)

[5]. Pedagogía del Oprimido (pág. 39)

[6]  Educación como práctica de la libertad (pág. 144-145)

[7] Pedagogía del Oprimido

[8] Ernani María Fiori : Aprender a decir su palabra. Texto introductorio a la Pedagogía del Oprimido

[9] Carlos Alberto Torres Novoa: Lectura crítica de Paulo Freire

[10]  Educación como práctica de la libertad.

[11] Cartas a Guinea Bissau.

[12] Por una pedagogía de la pregunta. (1985)

[13] Idem

[14] Idem

[15] HINKELAMMERT, F. (1984): Crítica a la razón utópica, DEI, San José, Costa Rica.

[16] Homilía de Monseñor Romero del 30 de abril de 1978

[17] PÉREZ, M. (2000): Memorias. Campamentos de La Nueva Colombia, edita SINPAL y Ejército de Liberación Nacional.

[18] La naturaleza política de la educación.

[19] Praxis de liberación y fe cristiana. Cfr. Concilium Nº 96